El Monasterio de Santa Catalina es un convento de clausura en Arequipa, originalmente construida en el siglo 16. El fundador del monasterio era una viuda rica; La tradición de la época indicaron que el segundo hijo o hija de una familia que entrará en servicio religioso, y el convento aceptado sólo las mujeres de las familias españolas de clase alta. Cada monja en Santa Catalina tenía entre uno y cuatro sirvientes o esclavos, y las monjas invitó a los músicos para llevar a cabo en el convento, dio a las partes y, en general vivía un lujoso estilo de vida. Cada familia paga una dote a la entrada de su hija en el convento, y la dote pagó para conseguir el estatus más alto fue 2,400 monedas de plata (equivalente a alrededor de $50,000 hoy).